En México el 56.2% de la población entre 15 y 29 años tienen una
limitación visual, lo cual significa un potencial mercado para las empresas
dedicadas a la venta de productos oftalmológicos.
Para quienes usan anteojos saben que la compra de estos productos puede
volverse caótica: un estudio visual certero, buscar un armazón resistente,
frustraciones con los precios e intentar que el diseño tenga estilo y
personalidad.
Este fue el caso de Beni, cofundador de Ben & Frank, que tras un
caso de lentes extraviados se vio en la necesidad de comprar un nuevo par. Como
todo estudiante, no contaba con un gran presupuesto para poder sustituir sus
lentes perdidos, por lo que se dio a la tarea de utilizar su mejor herramienta,
el internet. Aquí descubrió un abanico de posibilidades que le permitirían
“recuperar” la vista, sin tener poner en aprietos su bolsillo.
“La odisea para cambiar de lentes comienza con consultas oftálmicas,
sumado al costo de armazón y micas, para que en un año, vuelvas a pasar por lo
mismo ya que las dioptrías aumentan con la edad. La idea de poder conseguir
lentes con un diseño increíble y a un precio accesible fue lo que nos motivó a
crear esta empresa” comenta María José Madero, cofundadora de Ben & Frank.
Para lograr ofrecer sus precios, Ben & Frank elimina los
intermediarios para hacer de sus armazones y micas una opción más accesible.
Mariana Castillo, directora de la marca, explica que la industria óptica
está fragmentada en muchos intermediarios que van cobrando un margen de paso en
paso y por lo tanto los lentes acaban siendo más caros de lo que deberían.
“Nuestro modelo es un modelo directo al consumidor, eliminando a todos
estos intermediarios vamos a ofrecer unos lentes de la misma calidad a un
precio significativamente más bajo, 50% más barato que una óptica tradicional”,
explica la empresaria.
Y es que en realidad, un sólo productor global de armazones maneja un
alto porcentaje del mercado y tienen a su disposición las licencias de las
marcas más reconocidas para producir sus lentes. “Entonces tienes al productor,
al dueño de la marca, luego pasa a un distribuidor y este lo vende a las
ópticas, las cuales le ponen un margen al armazón y a las micas”, subraya Castillo.
Es aquí donde el modelo de negocio de Ben & Frank toma forma, ya que
ellos diseñan los armazones, se venden bajo una marca propia y usa un
laboratorio óptico como socio. Esto permite que los lentes ópticos que ofrecen
tengan precios desde los 1,700 pesos: micas graduadas con antireflejante,
armazón y envío nacional.
Un año con buena visión
A un año de haber abierto la tienda online, Ben&Frank ha colocado
más de 3,000 lentes y registra un crecimiento del 20% respecto a sus
expectativas de inicio. Para 2017 esperan triplicar las ventar.
Y pese a nacer digital, la firma pretende finalizar el año con la
apertura de su primera tienda física como un complemento para la gente que es
renuente al comprar en línea.
“Creemos que nos va a dar mucha credibilidad y que puede ser un mercado
introductorio para que muchas personas vean y sientan los lentes para lanzarse,
en segundo lugar, a comprar en línea”, puntualiza Castillo.
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