19 diciembre 2007

intercambio

¡Como odio los intercambios navideños!
Hoy tuve que buscar un regalo para una compañera de trabajo. Se organizó un convivio y por supuesto, su respectivo "intercambio navideño".
¿Quién fue el estúpido que empezó la fabulosa idea de inundarte de estrés en la búsqueda de un regalo para esa persona que ni siquiera te llevas bien con ella?, es más, nunca hemos cruzado conversaciones.
No tengo idea de cuando empezó y se "institucionalizó" en las oficinas, escuelas y demás grupos referenciales de los individuos, el proceso convivio-regalo-desprecio, y es la verdad. Particularmente prefiero gastar mi tiempo en leer, dormir o escribir un post para mi blog, a pasar horas en medio de la gente que, al igual que yo, busca el regalo ideal sin saber aún que sería un regalo ideal para el regalante.
Compré un raro intento de alajero en forma de perro, le pedí a mi madre que me facilitara un perfume que tenía arrumbado y lo metí en la bolsa roja que arropaba a la figura de acrílico...listo.
El año pasado recibí unos calcetines, me hubiera gustado saber que eran lo que eran al momento de que un tipo que nunca había visto en la oficina me los entregara...quizás le hubiera dicho -Gracias, no sé como se ponen de acuerdo todos cada año...no he tenido la necesidad de comprar calcetines desde que estaba en la guardería-.
Ahh, ¡Como odio los intercambios!
Que gratificante sería cada año que al abrir el papel del sorteo para el intercambio dijera tu propio nombre, -Bien, me regalaré...mmm...un par de zapatos deportivos. Si, esos que vi la otra ocasión en el aparador-, -O una pizza entera para mi solo, o un paseo por aquel hermoso parque, o todos los minutos de una tarde-. Y podrías pasarte el día entero buscandote el mejor regalo...y lo encontrarías.

08 diciembre 2007

Para empezar vacaciones invernales

Hoy me desperté tarde (o por lo menos más de lo acostumbrado), me preparé un huevo estrellado con frijolitos, unas tortillas de harina y un vaso de leche...mmm...delicioso.

Escuché un poco de música en inglés (y eso me recuerda que debo repasar las clases del idioma en mis viejos libros y cuadernos), leí un pedazo de libro que había dejado olvidado, caminé por las calles de mi colonia, abrazé un oso arrumbado en lo recondito de mi cuarto, platiqué 15 minutos con una amiga, canté mientras me bañaba, miré el cielo formando figuras con las nubes, me recosté en el sillón de mi sala, acaicié a mi perrita, escribí este post y oré a Dios.

Como rinde el tiempo cuando no te preocupas por el mañana y vives el hoy.

15 septiembre 2007

Amor por la alegría

A ellos no les importa dejar las visitas y palomitas del cine, jugar en la “cascarita” con los vecinos o pasear por el parque y comerse un helado de fresa.

Hay quienes dicen que deberían disfrutar mas de sus jóvenes vidas, que necesitan salir mas con amigos, y que requieren de reír con los chistes del “cotorreo” con los cuates de la calle.

Pero a ellos no les importan estos comentarios, pues saben que esas risas están en las muchas fiestas de los niños cumpleañeros y festejados.


“Es muy padre, haces sonreír a la gente. Transmites alegría y es divertido, tanto con mis compañeros, como con las personas de las fiestas. Hasta mis amigos dicen que va con mi personalidad”, expresa la pequeña Rosalba. Y es que “Boni”, el cual es su nombre artístico, pertenece a un grupo de cerca de 30 jóvenes que comparten la afición y un común denominador: ser un buen payaso.


Y es precisamente eso lo que los caracteriza, todos son jóvenes que no pasan de los 24 años, que desean mejorar sus técnicas de “payasada” en las fiestas a las que son contratados los fines de semana, que estudian en diferentes escuelas y que tienen sueños y metas por cumplir.


A pesar de que lo hacen para conseguir un poco de dinero para ellos mismos o para ayudar a sus padres, algunos comentan que hasta seguirían siendo payasos aunque no les pagaran.


Ese es el caso de Erika, “Me encanta hacer esto. Cuando tenía trece años trabajaba con un payaso y yo era su animadora, yo veía como se maquillaba y como hacía su show”. Aunque ella es madre de dos pequeños niños que están orgullosos de que su mamá sea payasita, señala que “Es importante el dinero, pero lo hago mas por gusto”.


Para Yahir el ser payaso representa todo. Sueña con ser uno de los mejores payasos, con un nombre reconocido y con shows cada vez mas grandes, “No tenia pensado dedicarme a esto, mis metas eran otras, quería ser futbolista, pero por la falta de dinero no pude. Mas tarde conocí esto de la payasada y me encantó”


Bagi, Chiquis trikis, Nicolai, Chapita, y otros payasitos y payasitas llegan al metro Gómez Farias, de donde se separarán cada uno hacia el rumbo donde esté la fiesta que solicita su apoyo cómico. Con pelucas despeinadas, unos inmensos zapatos amarillos, caras maquilladas, una bolsa con globos y una intensa sonrisa que seguramente contagiará a los pasajeros del vagón, los payasos gritan “la función ya va a comenzar”.

Comunícate con ellos al 5768 5486
O escribe un correo a
payasos_vicmaniaticos@hotmail.com

14 septiembre 2007

Dos abrazos será estrenada en septiembre

Dos Abrazos será estrenada en septiembre

La cinta Dos Abrazos, interpretada por Maya Zapata, Ximena Sariñana, Jorge Zarate y Giovanni Florido, será estrenada el próximo 21 de septiembre en las salas cinematográficas de México.
La película es la ópera prima del director Enrique Begné, además Dos Abrazos es ganadora del premio Best New Narrative Filmmaker, segundo premio más importante del Festival de Tribeca.
La cinta esta compuesta por dos historias que comparten tristeza y melancolía, pero que encuentran esperanza en la sensación que puede producir un abrazo. Dos abrazos nos lleva a meditar sobre el impacto producido en la otra persona cuando comprendemos las difíciles circunstancias por las que pasa el otro.
Ximeña Sariñana, cantautora y actriz que ha participado en otras cintas como Amar te duele y Niñas Mal, interpreta a “Laura”, una joven que acude a visitar a su padre que se encuentra en el hospital pero que encuentra solidaridad en un taxista llamado “Joaquín”. Ximena señala que la película destaca historias de “seres solitarios que te puedes encontrar en una gran ciudad, con los cuales puedes compartir aunque no los conozcas”.
“Laura es otro ciudadano de la soledad, pero que encuentra en un taxista a un padre ausente, alguien que la ayude y que la acompañe” dice Sariñana. “El papel que interpreto me recuerda constantemente el que no estás solo y que a veces es importante abrirte a otras personas. Tratarlas con respeto” agrega.

Nuevas propuestas

Y aunque por ahora no tiene nuevas propuestas para hacer cine, Ximena Sariñana se siente contenta por que este año estrenará una producción discográfica con estilos personales de ella misma bajo el sello Warner.
“Este año estoy concentrada al cien por ciento en la música. La relación con los músicos que trabajé fue excelente”. En la coordinación de Tweety González como productor de su disco comenta “Fue padre encontrar a alguien que estuviera tan involucrado con el proyecto. Realmente pareciera que produjo su propio disco”.

22 agosto 2007

Luces de oriente

EL FARO DESTELLA LUZ DESDE EL ORIENTE DE LA CIUDAD

A un costado de la Calzada Ignacio Zaragoza en la colonia Fuentes de Zaragoza, se encuentra la Fábrica de Artes y Oficios, o mejor conocido como el FARO de oriente.
Rodeado por varias unidades habitacionales, el FARO es un punto donde se produce arte, pero no el arte que conocemos de los museos o galerías, sino manifestaciones artísticas alternativas donde el graffiti, el alebrije y los vitrales son el centro de atención de los jóvenes que acuden para aprender a manipular la madera, el metal y la pintura que se convierten en objetos que reflejan los sentimientos y pasiones de sus creadores.
Diversidad sería la palabra adecuada para describir el FARO. En una mesa trabajan los detalles de la cerámica que cuidadosamente moldean tres jóvenes, a lado un grupo aprende nuevas formas de utilizar el papel que ellos mismos fabrican, al subir las escaleras te puedes topar con varios muchachos que están soldando estructuras metálicas que mas tarde se convertirán en el “esqueleto” de los alebrijes que diseñaron, fuera del edificio el taller de danza practica una y otra vez la coreografía para su próxima presentación, y el grupo de fotoperiodismo realiza prácticas en las inmediaciones del lugar.
Y a pesar de encontrarse en la delegación Iztapalapa, la cual tiene graves problemas sociales en el DF, los alumnos vienen de diversos puntos de la ciudad a esta fábrica que imparte cursos de música, artes visuales, escénicas, entre otros.
Los talleristas que laboran aquí, la definen como una no-escuela, ya que no existe pase de lista, no hay calificaciones, ni siquiera profesores de materia; lo que abundan son personas que enseñan las técnicas de un oficio o arte, y que los jóvenes utilizan para expresarse en la medida que su creatividad se los permita.

19 agosto 2007

Tamarindo y derivados

A mi me gustan los pulparindos. Su empaque amarillo y plano es inconfundible entre las otras golosinas que uno puede encontrar en los puestos callejeros. Al abrirlo, se alcanza a percibir el ligero aroma del tamarindo enchilado con azúcar. 

Desde pequeño disfruté el sabor acidulado que ofrece el producto, y mas tarde nos sorprendió su adherente y novedosa presentación: extra picante (identificado por su empaque rojo).

Sin embargo, hace algunos días
el Departamento de Salud Pública de los Estados Unidos advirtió que los consumidores del Pulparindo se exponen a 0.19 ppm (partes por millon) de plomo contenido en el dulce de tamarindo. Según las autoridades, los niveles de plomo sobrepasan los aceptados por las instituciones gubernamentales en materia. Dichas cantidades pueden afectar a niños y mujeres embarazadas.

Espero que los fabricantes del Pulparindo también soliciten la opinión de la Secretaría de Salud, y la población (sobre todo la infantil) no se quede con el punto de vista gringo.

No es cuestión de defender el “mexicanisimo” dulce y escudar el sabor nacional en el extranjero. Mucho menos de despreciar los estudios realizados por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos (muchas veces útiles y exactos).


Pareciera una exageración comentar una noticia de este tipo, pero nos puede llevar a reflexionar sobre la situación de diversos rubros que pueden ser caso de estudio.

1) Yo tenía entendido que la ropa se lava en casa, aunque nunca nos dijeron en cual casa. ¿Será que en otros paises ponen atención a su propia producción nacional, pero también a la importación? México se ha quedado atrás. El Pulparindo no es el único caso del que nos enteramos por fuentes externas de su riesgo para la salud, hasta de
productos norteamericanos, hasta algunas frutas y legumbres se han topado con las barreras sanitarias de los Estados Unidos.

2) ¿Por qué hasta ahora se advierte sobre estas cantidades de plomo en el dulce manufacturado en Jalisco? Al observar el empaque, se revelan los tintes de exportación en su entera y marcada traducción al inglés de cada palabra. ¿Se solapó o “se les chispoteó”? Quizás también a los gringos les valen unas centésimas de gramos de plomo.

3) El producto no necesariamente es un icono mexicano, los dibujos y hasta tipografía no reflejan el orgullo de ser un producto “100 por ciento mexicano”. Tampoco estoy insinuando que así deba ser, mas bien señaló el significante implícito que puede adquirir el dulce en otras regiones, incluyendo las extranjeras. Es aquí donde no me sorprende que las autoridades sanitarias de EU indiquen los altos niveles de plomo en el producto, a final de cuentas son fábricas, donde se trabajara con la materia prima del tamarindo, o jugará mercadotécnicamente con las palabras “Pulpa” y “tamarindo”, pero son industrias donde las herramientas y las mesas siguen siendo de metal, con una pizca de plomo a lo largo de su producción.


Tal vez las manos del artesano de dulces típicos aún no tienen plomo o azufre que afecte la salud de los niños y mujeres embarazadas.

08 julio 2007

Abuelo

Abuelo

El abuelo decía que las tardes solían ser despejadas y bellas en el crepúsculo que se formaba a un lado del claro y largo río. Que él corría y jugaba descalzo en el suave y verde pasto que abundaba en los grandes campos que se perdían en el horizonte. Que a veces buscaba a una linda niña que vivía cerca, con la cual platicaba, jugaba y hacía bromas. Que reían y daban maromas en las arboledas. Que juntos perseguían aves, ardillas, y algunas veces cortaban flores que se regalaban mutuamente. Que comía deliciosas galletas preparadas por su mamá. Que guardaba algunas para sus amigos que también traían algo de sus casas y alacenas. Que en las noches platicaba de sus aventuras y travesuras con su papá como un confidente. Que le encantaba despertar temprano y oler el fresco y dulce aroma que producía la tierra y pasto mojado con el rocío de la mañana. Que disfrutaba de la fogata que armaba su hermano en los días de invierno. Que nadaba y pescaba en el bello río que se extendía por todo el lugar donde sembraban maíz, frijol y naranjas. Que le gustaba acostarse en la suave hierba y mirar las nubes con forma de conejos, flores y caramelos. Que un día llegó un fotógrafo de la ciudad y lo retrató. Que se divertía recolectando flores del bosque y el campo. Que las risas eran una constante en su vida. Que le dio un baño al perro de la vecina porque creía que estaba bastante sucio. Que escalaba a la copa de los árboles para asegurarse que el pueblo estuviera en orden. Que las vacas comían todo el día y dejaban que los pájaros posaran sobre ellas. Que los abrazos de su mamá eran tiernos y cariñosos. Que cuando cerraba sus ojos soñaba con montar un caballo e ir hasta la blanca montaña que se veía desde la ventana de su casa. Que sembró una semilla, la regó y cuido hasta que nació un pequeño ramillete que anunciaba la llegada de un fuerte y grande árbol. Que recibió una caja de deliciosos chocolates el día de su cumpleaños. Que cantaba una linda canción cuando caminaba por el sendero que lo guiaba a la casa de Don José, el cual le contaba emocionantes historias de piratas y doncellas. Que lloró el día que uno de sus amigos se enojó con él, pero al siguiente día se hicieron amigos de nuevo. Que a lo lejos se podía observar el camino de humo que dejaba a su paso el tren que pasaba por la comunidad. Que en los calurosos días de verano, su mamá preparaba un refrescante cántaro de agua de limón. Que amaba sentir la suave lluvia que lo mojaba mientras corría con los brazos abiertos por el patio. Que el establo era el lugar donde les confiaba sus secretos a los animales que ahí vivían. Que varias veces se escapo de noche de su casa para mirar las estrellas que adornaban el firmamento. Que le agradaban más los días fríos que los cálidos. Que no eran suficientes los dedos de sus manos y pies para contar a sus amigos. Que sentía el cariño de la gente. Que amaba a sus papás. Que en las noches oraba a Dios dando gracias por sus manitas, por sus piecitos, por sus papis, por el bosque, por el río, por sus vecinos, por sus amigos, por la niña con quien jugaba, por el chocolate, por el sol y quien sabe cuantas cosas más. Que en esas oraciones, lo único que pedía era que su vida siguiera igual de feliz. Y así fue.

22 junio 2007

KIME

KIME

Kime salta de rama en rama, recolecta nueces que caen de los árboles, juega con las otras ardillas y hasta juguetea con los niños del parque. Es joven e inquieta, un poco curiosa y atrabancada, pero con una linda y larga cola esponjada.

De reojo uno puede observar a la pequeñita corriendo por los escasos espacios libres existentes en el jardín. Es escurridiza, sólo la he visto acercarse a las personas dos veces: la primera con un anciano dormitando en una banca, la ardilla salto sobre sus piernas y le robó un trozo de la harinosa dona que consumía el viejo hasta antes que se quedara dormido, ahora que lo recuerdo bien, el hombre no despertó ante los movimientos del animalito. La segunda ocasión le arrojé un cacahuate, sin dudarlo Kime se acercó, tomo la nuececilla entre sus pequeñas patas, la olfateo e inmediatamente la devoró, cuando acabó de comerla giro su cabeza para verme y como agradecimiento me lanzó una especie de mueca que interprete como una sonrisa. Después de eso ella corrió al árbol mas cercano que halló.

Una noche, ya que habían terminado los juegos con las otras ardillas, Kime se quedó otro rato en lo más alto del árbol donde ella vivía, miró el bello atardecer y por un momento quedó quieta, muy quieta, nunca se le había visto así, estaba sorprendida del espectáculo que contemplaba. Anocheció y seguía observando el cielo, ahora con un intenso color negro y adornado con brillantes destellos que reflejaban la hermosura del firmamento.

Pero una estrella fue la que más llamó su atención. A Kime no le importaba a que galaxia pertenecía, o cual era la ubicación geográfica-astral de la luz, sólo la quería seguir mirando.

Y así, cada noche la ardillita se escapaba de cualquier cosa que estuviera haciendo y subía a la copa de un árbol para encontrarse con la misma deslumbrante estrella con la que se acompañaba hasta dormirse entre las verdes hojas del bosque. No la compartía con nadie más, era su estrella, sólo para ella. Desde que amanecía pensaba en el hermoso brillar, la perfecta figura y la singularidad de su estrella. Esos fueron los días mas distraídos de Kime, se olvidaba de comer, de jugar, de huir ante la presencia de un perro.

Algunas noches, ella realmente podía asegurar que la estrella la estaba abrazando con su ligero calor, que la acariciaba con sus delicados rayos, que le susurraba lindas frases. Y aunque la luna también hacia su intento por conquistar a la ardillita con su perfecta silueta y tamaño, la estrella ocupaba un lugar especial para la pequeña.

Los días en que la penumbra se teñía de cirrosas nubes blancas, Kime saltaba desesperadamente de copa en copa hasta encontrarse con su amiga, eran esos momentos en los que se daba cuenta de su necesidad por ver a la estrella, que se sentía incompleta, que tenía hambre de las suaves y tiernas caricias del lucero.

Corría y saltaba, saltaba y corría, llorando entre los árboles del bosque, chillando descorazonadamente. Sus patas se empezaban a cansar de tanto correr, pero su mente no pensaba en alguna otra cosa sino que en el astro. Sudaba grandes gotas para lo pequeño de su cuerpo y sus músculos, que empezaban a fatigarse. No la encontraba, no la hallaba en ningún lugar, no la lograba visualizar, no sentía sus rayos, su luz.

Sin saber cómo, Kime sintió que algo explotó en su pecho, le dolió, un dolor tan intenso como si le hubieran arrojado una roca directamente en el…corazón.
Corazón. Co-ra-zón. La ardillita sabía que era su corazón. Se detuvo un instante, se sentó en el húmedo pasto y llevó sus minúsculas patas al torso. El dolor no paraba y más que nunca deseo ver a su estrella, volteó hacia el cielo y con los ojos semi cerrados trató de encontrar a su amiga…no la halló, las ramas de algunos árboles le impedían ver el firmamento.
Ahora su sollozo era más fuerte que antes, sufría por la aparente eterna oscuridad de la noche, por el incesante frío, por la soledad que invadía su mente, por las nubes que advertían la pronta lluvia, por el dolor que amarraba su corazón.

Aún con el dolor, Kime se esforzó para levantarse, lentamente caminó hacia un espacio abierto y así, quizás, ver el cielo donde habitaba fijamente la estrella.

Cada paso que daba era un reto, su dolor aumentaba y la lluvia pegaba un ligero rocío que empapó el lindo pelaje de la ardilla.

Kime estaba totalmente débil, no pudo más y cayó boca arriba, con los ojos entreabiertos miró hacia arriba y sólo encontró las mismas nubes que en un inicio estorbaban entre la estrella y ella.

Ahora sentía otro dolor en su corazón, pero el dolor era diferente al que en un principio la atacó. Esta dolencia hizo brotar una última lágrima con tintes de tristeza.
Lentamente cerró los ojos, y durmió entre el mojado pasto.

14 mayo 2007

El poder de la palabra

El poder de la palabra

“Se te es lícito caer
pero te es obligatorio levantarte”
Proverbio ruso

“Las grandes cosas no se logran por impulso,
sino por la suma de pequeños hechos”
Vicent Van Gogh

“Si deseas ver un arcoíris en tu vida,
debes tolerar la lluvia”
Anónimo

“La vida es lo que pasa cuando estas ocupado en otros planes”
John Lenon

“Somos como los rieles de la vida:
no somos nada el uno sin el otro”
Anónimo

“Mucho sabe
el que conoce su propia ignorancia”
Confucio

“Sin música,
la vida sería un error”
Anónimo

“La risa es el alimento del alma”
Anónimo

Imágenes del primer cuadro (Un video)

Éste video presenta algunas imágenes que podemos encontrar en el primer cuadro de la Ciudad de México.
Los invito a que den click al vínculo de abajo y así puedan visualizar el multimedia.
Disfrútenlo y dejen sus comentarios en esta entrada o en los comentarios de YouTube.

Imágenes del primer cuadro
http://www.youtube.com/watch?v=Jm87QlXwFBI

26 abril 2007

Pan de muerto (Nota)

-> El oficio es poco rentable: Heriberto Silva

Pan de muerto: artesanía al borde de la muerte


-> La elaboración de este pan se inicio con la llegada de los españoles
-> Sin el apoyo del gobierno, la situación esta “negra”



Dentro de la conmemoración a los muertos en los dos primeros días de noviembre, el gobierno de la Ciudad de México organizó en el Zócalo capitalino distintas actividades culturales como la megaofrenda, un ciclo de conciertos, talleres infantiles y la elaboración de Pan de muerto.

El señor Heriberto Silva saca una charola de Pan que prepara en el Zócalo de la Ciudad de México.Procedente de Acámbaro, Guanajuato, orgulloso de ser de origen purépecha, y panadero desde hace 40 años, Heriberto Silva Espino nos comenta un poco de la historia de la tradición panadera y el día de muertos.

“A la llegada de los españoles, los indígenas ofrecían tamales hechos de maíz a los recién llegados, pero ahí brotó un conflicto de culturas ya que los españoles estaban acostumbrados a comer pan elaborado de trigo. Esto llevó a que los españoles instalaran panaderías y enseñaran el oficio a los indígenas”, señaló Heriberto.

La tradición del “Pan de muerto” nació como un elemento más de la ofrenda que ya hacían los habitantes del México prehispánico. “Los indígenas seguían ofreciendo alimentos a los muertos, entonces los panaderos comenzaron a hacer pan con formas que se refirieran a la muerte: medallones, huesitos, muertitos o calaveras. Pero en un principio, el pan fue rechazado como parte de la ofrenda, poco a poco ésta tradición fue asimilada por clases sociales mas altas”, destacó el panadero.

Sin embargo, hoy en día la pequeña industria panadera sufre una seria crisis de desarrollo y promoción. Heriberto cree que se esta impulsando más a las grandes panaderías industriales que a los pequeños productores, “De hecho, el oficio es poco rentable, las mejores temporadas solían ser en día de muertos y el día de reyes, pero hoy no podemos comparar con aquellos tiempos, sin el apoyo del gobierno las cosas están negras”, dijo.

Según Heriberto, más que una problemática económica, se trata de un conflicto cultural, donde la sociedad en general no responde a tradiciones tan antiguas como ésta, “a la gente ya no le interesan las raíces, perdemos identidad”, lamentó.


Éste panadero capacita, enseña y ofrece conferencias donde explica la importancia de voltear y ver las tradiciones que abundan del lugar donde nació: Acámbaro, Guanajuato. “Le doy gracias Dios porque mis ingresos provienen de éstas actividades, pero siento tristeza por mis amigos que se dedican totalmente a la elaboración de pan, sus ingresos son mínimos, pero juntos vamos a salir adelante”, agregó.

Noviembre 2006

De Oscares (Una crónica)

¡Tres y uno, tres y uno!- repetía eufóricamente un pasajero del metro a su compañero de viaje, -Son cuatro- respondió en forma irónica el otro, -No seas estúpido, en serio, la noche fue de México. Que vean los mendigos gringos que ¡Si se puede!-.

Y es que para algunos la noche presagiaba aire de triunfo y felicidad, para otros significaba un éxito ajeno de muros fabricados con capital extranjero.

Pero fuere cual fuere el pensar, la entrega número 79 de los premios de la Academia determinaron un evento conmemorativo para los cineastas mexicanos. Productores, músicos, directores, actrices, escritores, guionistas y demás se convocaron en el Teatro Kodak a las siete de la noche, en la ciudad donde nacen, crecen y mueren las estrellas: Los Ángeles.

Por supuesto que la atención de todos es acaparada por la llegada de los nominados y el clásico camino de la alfombra roja, un excelente color que no olvidarán los ganadores, y mucho menos los perdedores.

- ¡Mira, ahí está Penélope Cruz y Will Smith! y… ¿Ese negrito alto que viene solo qué?-, -No sé, creo que también lo nominaron para mejor actor-, -Ni lo conozco. Pobrecito, espero que no se decepcione si le dan el Oscar a DiCaprio-.

Como si el destino los uniera, las tres figuras idolatradas en los medios el último mes aparecen juntos: Del Toro, Iñárritu y Cuarón. –Es una cosa para divertirnos- decía Iñárritu, -Saludos a la banda- incluía Cuarón.

Con unos minutos después de las siete y la mayoría de los invitados dentro, dio inicio la ceremonia. Puestos de pie y con un aplauso ensordecedor para los presentes, la ceremonia de premiación dio inicio mostrando un micro film que presentaba a todos y cada uno de los nominados, un tanto fresco, cómico y divertido al jugar con las palabras de los protagonistas.
Ellen DeGeneres amenizó la fiesta como conductora, sus chistes y bromas a lo largo del evento retumbaron en risas por el teatro.

Primer Oscar, primer mexicano. Eugenio Caballero se convirtió en el primer premiado de la noche, por la dirección de arte de El laberinto del Fauno. Una de esas sonrisas que no sabes si es de gusto o nervios se dibujo en el rostro del connacional al recibir la figurilla dorada con manos temblorosas. –Un agradecimiento a todos los cineastas de mis país-, puntualizó emotivamente levantando la estatuilla.

Maquillaje, dibujo animado, actor de reparto, guión adaptado, vestuario, fotografía, música y otros premios… sin duda alguna, una noche para dos películas: Los Infiltrados y El Laberinto del Fauno, las más premiadas, cuatro y tres oscares respectivamente.

Sonrisas por todos lados, serenidad y un ambiente relajado y falto de presión, quizá no es una fiesta después de todo.

Últimas tres nominaciones: Actor, director y película.

De un asiento un poco escondido, Forest Whitaker se levanta para recibir su premio como mejor actor en El Último Rey de Escocia. Aplausos y miradas alegres al actor, aunque algunos de reojo observan a Will Smith y a DiCaprio, eran los favoritos. Solo les queda aplaudir juntamente con todos los espectadores.

Alto y con una mirada tierna sube al escenario, -Un momento por favor. Just a second… receiving this honor tonight tells me that it's possible- recitaba al señalar sus sueños que creía lejanos cuando era pequeño.

Una oración sensible y un final intenso, era todo lo necesario para cautivar al público en un par de minutos, no sin antes levantar el oscar con la mano izquierda en una posición victoriosa.

Y ahora el público mexicano a la expectativa del próximo premio: Mejor Director, y ahí entra nuestro amigo, cuate y compadre Alejandro González Iñárritu, ¿Será todo nuestro el premio?
-Teniendo o no la estatuilla, la película va a ser la misma- comentó previamente. Sobre en mano y se escucha el nombre “Martin Scorsese” y se ilumina una pequeña sonrisa en el director de Los Infiltrados. En su baja estatura, los lentes gruesos, delgadas manos y cabello cano, no se hubiera previsto que al ascender por su reconocimiento explotaría con una sonrisa que no pude observar en ningún otro honrado por la Academia. Sus manos traviesas deseaban ya tocar el Oscar y al tomar el micrófono solo pudo repetir “Gracias” con euforia y entusiasmo, al final deseó levantar el premio, pero la curvatura de su espalda solo dio para alzarla a la altura de la cara.

El último galardón no fue una sorpresa, todos sabíamos que director y mejor película eran inseparables. Claro, premio para Los Infiltrados, recibe Graham King y el público del teatro estalla en aplausos y chiflidos.

Y no demora en salir el montón de papelitos plateados que cubren el lugar, ha terminado la ceremonia: aplausos, risas y abrazos inundan las butacas. –Chin… ya termino la Fea-.

Marzo 2007

Lucharaaaaaan!!!!! (Una crónica)

“A 150 pesos el boleto carnal” me dijo un individuo con tatuajes y un montón de papeles rectangulares de color verde, “si quieres te enseño los lugares”; el hombre que no pasaba de los 30 años abrió la puerta de metal del coliseo y me llevó a la misma arena; vacía, silenciosa y con dos trabajadores de limpieza. Quién diría que en unas cuantas horas ese mismo lugar se convertiría en una zona de batalla física y verbal. “Aquí estarías, en el centro, el 86 y el 87 de la octava fila”, sin dudarlo los tomé y me despojé de algunos billetes de la cartera.

“Va a estar buena la lucha, el místico contra el hijo del Perro Aguayo”, se comenta desde la taquilla en la que sólo se ofrecen entradas a las gradas. “A huevo, el místico es el chingón”, “No mames, si el chido es el hijo del perro aguayo”, discuten dos acomodadores de autos afuera de la arena.

Ya con la gente adentro parece más grande, inmenso, a reventar, no se distingue ni un solo asiento vacío. Una fiesta del barrio, donde se reúnen las señoras para comadrear, los jóvenes para calentarse un rato con las edecanes, los viejos para añorar y hasta niños para anunciar el folklórico vocabulario que les es prohibido en la escuela.

Un hombre con pantalón negro y una camisa blanca que deja ver claramente su sobrepeso, sube al ring, tratando de adaptar sus ojos a la tremenda luz artificial que es suministrada al cuadrilátero. Asciende otro, pero éste va trajeado, vestimenta que pudo haber comprado a unas cuantas cuadras, en Tepito; un cuerpo groso y la voz característica del presentador oficial de la lucha.

Inmediatamente subieron cuatro hombrecitos con mascaras y que empezaron a forcejear entre ellos, tal pareciera que nunca los presentaron.

Se golpearon, gritaron y manosearon, conforme transcurría la pelea pude identificar los nombres de los guerreros miniatura. “¡Una porra pa´ la sombrita!” y se escuchó la resonancia de los chiflidos que recuerdan a la mujer que nos engendró, “Silencio, silencio” gritó la sombrita con una voz mas gruesa de la que imaginé.

La lucha estaba falta de intensidad, los más viles manotazos acaparaban la mayoría de los golpes en el ring. “Te van a regañar tus jefes cabrón”, gritó un espectador, “Me cojo a tu vieja”, respondió uno de los mini.
“Tortas, sopas”, exclama eufóricamente un señor que deambula por los pasillos de la arena y en mano una charola con dichos productos.

“Órale pinches piojitos”, reclama una voz a lo lejos, es ahí cuando bracito de oro, un mini bastante pasado de peso y unas mallas de color café que lo hacen ver espantoso, toma una actitud histérica, manotea, lanza golpes y patadas al aire, como si hubiese tomado el solo toda una botella de coca cola retornable y 10 snickers, lo suficiente como para dejarte hiperactivo algunos días.

Saltó el bracito de oro sobre su contrincante, éste lo golpeó y lo mando fuera del cuadrilátero, un grupo de niños que estaba cerca lo animaban a que se levantase y subiera nuevamente al ring. El público gritó al unísono “Bracito, bracito”.

“Pinche bracito, levántate”, nunca se levantó el tan aclamado bracito, ganaron los rudos y el réferi levanta las manos de éstos. “Pinches payasos”. Los chiflidos y refrescadas de madre se escuchan.

Y regresa la voz: “Rosa negra, Mima Shimoda, Medusa, Marcela, Luna Mágica, Princesa blanca”… “¡En una lucha de relevos australianos, lucharaaán de dos a tres caídas sin limite de tiempo!”, el público se anima y grita “medusa, medusa”. “Por eso te amo Marcela”.

Alguien me tiró cerveza en un zapato y trato de limpiarme mientras el acomodador discute con dos sujetos a mi izquierda. Algodones, sopas maruchan, cervezas y hasta trompetas venden en toda la arena.

“Ja, ja, ja, la rosa negra le dio una nalgada a la princesa”, “Ahora agárrale una bubi”, “Me excitas”, “Putas, putas”, “No le peguen a mi novia”, “Por eso te amo Marcela”.

Y la que acapara la atención en el espectáculo es Mima Shimoda, es imposible evitar mirar su llamativo traje de color rosa y que cae varias veces del ring, mientras las otras luchadoras sacuden y golpean sus flácidas carnes. “Pinche china, ya levántate”, “Una porra pa´ la oriental”, “Por eso te amo Marcela”.

“Hay tortas, hay tortas”.

“Princesa, princesa, princesa”, y esta se lanza a la oriental. Ganan las técnicas.

“Por eso te amo Marcela”, “Ya chole esa frase, ¿no?”.

Un hombre pasa un trapeador seco por el piso de madera, mientras el camarógrafo se deleita las pupilas con las modelos que hasta le dan besitos fuera de cámara.

Tal vez fueron otras dos luchas, no lo recuerdo bien, sino hasta llegar a la pelea estelar: El místico vs el Hijo del Perro Aguayo.

El humo inunda la arena, las bellas chicas modelan en el cuadrilátero, el ánimo esta en su máxima expresión, las jovencitas gritan, los niños saltan, las señoras dejan de chismorrear y el público de pie: El místico entra al lugar.

Impresionante, lo imaginaba más alto, de hecho es el más chaparro de todos los luchadores.

Un golpe tras otro, patadas e insultos, una pirueta, una llave, una “mística”, una luz mas intensa, el lugar va a estallar, la gente aplaude, grita, lanza vasos e insultos, voltear a cualquier punto y la gente unida en euforia e histeria.

Un espectáculo dividido, algunos creen en la capacidad del místico, otros en la fuerza del hijo del perro aguayo, que importan los otros luchadores que los acompañan, es mas, ni siquiera recuerdos sus nombres, lo que destaca es la mascara plata y la greña negra.

“Perros pulgosos”, “Uleros, uleros”, “Ya bájate chihuaguayo”. Golpe bajo al Perro Aguayo, se arrastra como cucaracha para salir del ring, pero lo toman del calzón y se lo bajan.

Foul al místico, mascara desabrochada y… ¡Adiós cubierta!, el rostro del máximo luchador nocturno es destapado y la gente, asombrada, saca los celulares y toman fotografías del místico perfil.

Descalificados los rudos, ganan los técnicos. “Dios perdona, los perros NO”, voceaban los tres luchadores vencidos al salir.

Un río de gente se desborda por las puertas principales adornadas por una imagen religiosa de la virgen de Guadalupe, y un letrero con la leyenda “Prohibido cruzar apuestas”.

“Pinche místico pendejo, le vi la cara”, “Te dije que el cabrón era el Aguayo”, “Ya cállate guey”.

Marzo 2007

Iñaki Manero | Entre un rancho y la ciencia ficción

Tal vez sea la segunda o tercera estación que se puede sintonizar en el FM, donde desde las seis de la mañana escucharemos a dos peculiares personajes: Iñaki Manero y Alejandro Cacho.

Cuatro horas de información y diversión inundan la radio en el 88.9 del cuadrante, en un programa sencillamente titulado “Panorama Informativo, primera emisión”. Aquí, los conductores acompañados por Areli Paz, provocan que el público escuche atentamente las reflexiones, críticas y bromas que desarrollan los comunicadores. Es casi imposible no prestar atención a los comentarios y lanzar carcajadas cada cinco minutos.

Sin embargo, lo más peculiar que tiene el programa, es la interactividad que han creado los conductores con los radioescuchas. Leer los comentarios del público, responderlos al aire y hasta discutir virtualmente con el auditorio, generan una reciprocidad del mensaje original.

Tal vez una de las secciones del programa que más llaman la atención es la “Trivia” que realiza Iñaki todos los días, de donde hasta surgió un nuevo personaje en el programa “El doctor Asprón”, quien responde día a día esta trivia acertadamente.

Con todo esto y los otros elementos del programa, se da lugar a una fusión perfecta que desmenuza la información hasta obtener la pura crítica y hasta se crea un partido político ficticio como lo es el partido del “Huarache con costilla”.

Iñaki Manero es uno de esos elementos que incluye el proyecto. Un comunicador que prefiere reservarse el derecho de hablar a multitudes, pero que en el trabajo de la radio se encuentra con toda la confianza para destapar su humor, carisma y reflexión de los hechos actuales.

Tímido y despreocupado por lo que viene, Iñaki Manero se abandera como la muestra de vencer al miedo y conquistar nuestras batallas personales y sentimentales, cuando la radio se convierte en el centro de su vida saltando obstáculos de temor e incertidumbre.

Su formación, su familia y hasta sus gustos se oyen incongruentes ante la actividad que desarrolla hoy en día como apasionado de la comunicación masiva.



EL SUEÑO CIENTIFICO
Iñaki señala que aún no se ha podido contestar porque la radio toma el centro de sus actividades diarias. De niño, adolescente y aun en su juventud, nunca imaginó y mucho menos deseaba involucrarse en la locución, en contraparte le agradaban cosas completamente distintas como la música, el teatro, la biología y la zoología.

En su infancia vivió alternando temporadas en una casa en la colonia Santa María y en un rancho cerca de Zumpango, Estado de México, una granja que era el negocio familiar “con vacas lecheras y todo eso”, recuerda Iñaki.

Creció en un ambiente muy pegado a la naturaleza, “donde de chamacos encontrábamos tlacuaches y ardillas en el camino. Ahora no, apenas y ves pajaritos”, exclama preocupado. Relata que él y sus hermanos siempre llevaban un animal extraño a la casa: una víbora, un águila, “uno de mis hermanos una vez llevó un león”.

El pequeño Iñaki era distraído y tímido, poco atlético, a veces egoísta y muy solitario a pesar de tener muchos hermanos. Dibujando, leyendo cómics todo el día y como el mismo lo describe “siempre en la luna”.
Siempre adherido al mundo natural, éste influyó en gran manera en la existencia del conductor, que con el paso del tiempo se transformaría en su segunda pasión para toda la vida: la ciencia.

“Me quede con muchas ganas de estudiar biología marina”, expresa el comunicador que es un amante de los temas científicos como la astronomía, la medicina, la biología y sobre todo de la “ciencia ficción”. “Esos temas me encantan y siempre pido mano para hablar de esas cosas”. Los estudios que puede hacer acerca de estos temas los hace de forma autodidacta, ya que ha dejado que la conducción de los programas radiofónicos absorbiera su vida.




 


COMUNICACIÓN Y ROCK
Mas tarde, cuando era adolescente, su mirada se fijó en las artes. La música y la actuación empezaban a inyectar una curiosidad en el joven Manero.

Cuando llegó la hora de elegir una carrera universitaria, Iñaki se decidió a estudiar Comunicación mas que por un gusto por los medios, por dos motivos: complacer a sus padres que tenían una idea tradicionalista de que su hijo tuviera una formación académica y, terminar una licenciatura que él creía era la mas fácil para después seguirse dedicando a sus proyectos personales en un grupo de rock. Después se dió cuenta de que no era así.

Pasando el tiempo durante la carrera, el comentarista de radio tenía que elegir una especialización para dedicarse. Fue cuando uno de sus compañeros de clase lo invitó a que entrara al subsistema de radio, “Me dijo, - Oye, necesitamos abrir el subsistema de radio, pero necesitamos gente, que te parece si le entras, yo se que a ti no te gusta la carrera, que lo que quieres es terminar, esto no te va a llevar mucho tiempo, es radio, es muy tranquilo, muy sencillo y yo te voy a ayudar con los trabajos-, le contesté –bueno, órale va-“.

A Iñaki le fue agradando tanto la radio, hasta el punto en el que abrieron una estación de radio en su propia universidad. Fue la responsabilidad de crear una imagen auditiva y ofrecer los elementos necesarios al radioescucha para que se forme una imagen mental, lo que le provoco una insaciable sed por describir y narrar hechos o conceptos.

Se fue gestando poco a poco respeto y amor por la radio en la vida de Manero, que éste exalta a la radio como uno de los medios mas sencillos, humildes, pero mas creativos, “es el teatro de la mente”.



DESTINO
Al terminar la carrera, el estaba decidido a seguir con los proyectos truncos que habían dejado en la adolescencia, pero nuevamente llega eso que quiere trazar su camino. Iñaki necesitaba dinero y se le presenta la oportunidad de trabajar como locutor en Alfa 91.3 en diciembre de 1989, trabajó en esta estación por cerca de nueve meses.

Posteriormente forma parte del equipo de trabajo de Núcleo Radio Mil en diferentes actividades: haciendo noticias, como coordinador de entrevistas del noticiero de la mañana, luego como locutor en una estación de concepto de los años sesenta, en un programa hablado en ingles y finalmente en Rock 101 con un programa en la noche y en diferentes espacios.

Al cerrar esa emisora en el año 96, Iñaki acude a Grupo ACIR, donde ha participado en diferentes actividades en estaciones de AM como Óxido y de FM como Mix.

Hoy participa activamente en noticias y elaborando una programación para una estación de radio por internet.

Sin embargo, Iñaki aún dice “No había pensado yo dedicarme a esto, simplemente alguien o algo eligió por mi. Pero aquí estoy y muy contento”.



TODOS UN MAESTRO
Muchas personas han pasado por su vida, y han dejado una huella que lo han marcado para siempre. El recuerda a su padre como el gran héroe que cuando era pequeño el deseaba ser.

Profesionalmente, en la universidad fue alumno del maestro Carlos Marín y Martínez Ocampo. Ya laborando en el medio, aprendió de José Bravo Monroy. De gente con la que ha viajado en el tren de la comunicación como Julieta Lujambio, Lourdes Ramos, Lalo Pasquel, Ricardo Rocha, Carlos Loret de Mola, Toño de Valdez, Guillermo Alonso. Pero el periodista con el que se ha identificado Iñaki es con el maestro Guillermo Ochoa. “Guillermo Ochoa creo un concepto en los medios de comunicación de que la información no tiene que ser aburrida, él demostró que se podía echar relajo en un noticiero y es la idea que yo había tenido”.

Sin embargo, siempre Iñaki ha procurado aprender un poco de toda persona que se le presenta, experimentando con los libros, pero sobre todo en la vida de la calle, “el taxista, la persona que te asalta una vez, mis hermanos, mis amigos, una novia que tuve por ahí. Todos forman parte de tu esencia. Todos los que se cruzan en mi vida son un maestro”.



TERROR
En varias ocasiones repite la frase “Quien hubiera dicho que una persona distraída y reservada iba a terminar en una chamba en la que tienes que hablar a la gente”.

Desde pequeño, Iñaki se fue formando como un personaje temeroso, solitario y reservado, él argumenta que es cuestión de personalidad. Y aunque su adolescencia fue como la de cualquier adolescente, descubriendo la sexualidad, el cigarro y los amigos, su distintivo del ser distraído y reservado se fue cada vez mas adhiriendo a su psicología, “Me hubiera agradado que un ovni me raptara”, bromea.

Iñaki confiesa uno de sus grandes terrores, ¡Hablar en público! Hablarle a la gente, ofrecer pláticas y conferencias, son las que lo ponen a sudar y a temblar. Aún estar transmitiendo al aire provoca una sensación de nerviosismo para él, “si no sintiera algo al momento de salir al aire, creo que no tendría caso mi trabajo; quiere decir que no lo hago con emoción, ni con intensidad”.



EVADIENDO LA REALIDAD
Es un amante de la lectura histórica, pero sobre todo del cine de ciencia ficción y fantasía. Algunas veces prefiere evadir la realidad y encerrarse en un lugar para “leer un ratito, pensar y dormirme con el libro en las manos”, agrega. “Me gusta imaginar cosas y a veces escribirlas. Me meto en situaciones imaginarias, fantasía de lo que veo en la calle o lo que veo en la gente”.

“Desde luego, tengo una familia. Hay que atender a la familia, aunque a veces no puedes estar ahí. Convivir con mi hijo, hacer la tarea con él. Él sabe que no esta solo”.

Iñaki opina que es como la ley de la selva, “te tienes que adaptar. Ellos también se adaptan”.

“A veces es triste, a veces si los extrañas, pero son cosas que tienes que hacer, es a lo que te has dedicado y ahí donde te ha llevado la vida”, señala un poco melancólico.

“Algún día se que tendré tiempo para otras cosas. Cuando yo me retire estaré escribiendo, viendo al mar, pero ya con el tiempo suficiente para dedicarle, para reponerle lo que no me dieron”, asegura.



LO QUE FALTA
Iñaki dice que los seres humanos somos inacabables, es un ser que se va haciendo y se termina de formar con el tiempo, nunca terminando de hacer, de aprender o de saborear las cosas.

“Uno nunca termina de hacerse, los sueños nunca terminan de crearse. Entonces cuando llegue el final de tu vida probablemente te morirás en paz, pero no te iras tranquilo porque según tu hiciste de todo. Siempre habrá algo más, siempre existirá un sueño mas, siempre habrá un deseo, siempre alguien más a quien ayudar, algo más que hacer. Un te amo, un perdóname, siempre habrá mas”, concluye.
Octubre 2006

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