Tan sólo de escuchar la palabra “fracaso” un recurrente
flashback pasa rápidamente por nuestra mente y nos recuerda aquel negocio
frustrado, una inversión perdida, la elección de un mal colega empresarial y hasta
aquel empleo que perdimos por un error.
Sin embargo, a pesar de que el fracaso puede ser sinónimo de
dolor y pesadez, en la realidad el éxito sólo se puede lograr a través de
equivocarse constantemente. Bien lo dijo Winston Churchill: “El éxito es aprender
a ir de fracaso en fracaso, sin desesperarse”.
En Silicon Valley el fracaso es un tema venerado, haber
fracasado antes con una startup o varias es una ventaja para atraer inversores
a un nuevo proyecto, es decir, si los jóvenes emprendedores no fracasan quizá
la idea no es muy buena.
Mario Borghino, consultor empresarial y especialista en
temas de liderazgo, señala que está comprobado que las personas de éxito tienen
más experiencias de fracasos en su vida que los perdedores.
“La diferencia radica en el tiempo que les toma recuperarse
de la frustración y a quién, o a qué, culpan de ello. Los tropiezos constituyen
una parte fundamental del camino”, detalla para Empresas y Empresarios el
también asesor ejecutivo.
“Los países más exitosos saben que el fracaso consistente es
el único recurso para lograr los grandes resultados en la vida. No en balde las
naciones con adversidades climáticas y con situaciones geográficas complicadas
son más exitosas que los países que tienen más virtudes naturales: Holanda, Suecia,
Noruega, Canadá, Japón, son algunos ejemplos”.
Y es que la gente –detalla– tiene miedo a la incertidumbre,
a lo desconocido, de salir de la zona de confort, y esto es natural, ya que se
trata de un mecanismo de defensa que usamos los seres humanos de épocas
primitivas.
Borghino explica que existe una constante contraposición en
nuestro cerebro entre lo reactivo (reptiliano) y lo predictivo (neocorteza)
cuando nos encontramos en una situación de toma de decisiones importantes.
Cuando el cerebro reptiliano domina, los miedos a los que
estamos expuestos pueden estar muy latentes en el presente. Por lo anterior, el
nivel de miedo determinará en mucho el nivel de éxito.
“Tú puedes ser exitoso, pero eso lo determina tu neofrontal,
esta parte del cerebro es la que te dice ‘quiero triunfar, quiero ser exitosa
en mi trabajo o en mi negocio’, pero el reptiliano dice ‘te embargarán, no
asumas riesgos’. Tenemos que ir educando nuestro cerebro para alcanzar las
cosas que anhelamos”, detalla.
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