Por tamaño de mercado y madurez tecnológica, México se
coloca como el segundo país en América Latina donde las Economías Colaborativas
(EC) encuentran un espacio para crecer y madurar sus proyectos.
Según el Primer Informe de Economía Colaborativa en América
Latina, publicado por el IE Business School y el Fondo Multilateral de
Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las
iniciativas mexicanas mantienen una tendencia enfocada al transporte como Uber
o BlaBlaCar (45% de las apps), mientras que aquellas enfocadas en servicios
financieros y crowdfunding suman 18 por ciento.
Sobre las principales problemáticas que tienen las Economías
Colaborativas para su crecimiento resalta la falta de conocimiento de sus
modelos de negocio entre los usuarios, el acceso a financiamiento y la
desconfianza que hay por parte de posibles clientes.
“Se trata de economías jóvenes y emergentes pero que pueden
tener un destacado impacto en ciudades grandes. Las autoridades deben pensar
que es una oportunidad para generar empleo local y así que se acerquen a la
tecnología, para que colaboradores y clientes sean ganadores locales, y no sólo
las empresas americanas y europeas” explica Ricardo Pérez Garrido, profesor de
innovación digital del IE Business School.
“Estas iniciativas en México necesitan otro tipo de apoyo,
necesitan la confianza de los consumidores, no sólo de los más preocupados por
lo social, estos ya son clientes e impulsores”, subraya el catedrático.
Entre los datos más sobresalientes del estudio destaca la
antigüedad que tienen estos proyectos donde casi el 80% fue creada en los
últimos cinco años; el 27% basa su negocio en un concepto de alquiler (27%),
intercambio (13%) o servicios profesionales (13%).
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